EL CASTILLO DE ARENA, Seicho MATSUMOTO
Seicho Motsumoto, escritor japonés de principios del siglo XX, ofrece una novela de intriga: El castillo de arena (Editorial Libros de Asteroide, 2023, Barcelona, págs. 415) con un inicio pausado que va in crescendo a medida que avanza el relato hasta culminar en un clímax y su resolución final, es decir, una estructura argumental que captura la atención del lector.Aunque la acción se sitúa en Tokio, ubicación de un asesinato irresoluto por su ausencia de pistas, y donde vive el infatigable inspector Eitaro Imanishi, artífice de su esclarecimiento, el recorrido, en sus pesquisas, por la geografía nipona ofreciendo información topográfica, ayuda al lector al seguimiento del caso, e incluso acompañarlo en su periplo. Así, nos topamos con poblaciones y prefecturas como Kofu, Kamata, Akita, Ugo-Kameda, Hiroshima, Osaka, Fukushima, Ise, Hiba, Naniwa, Shibuya, Okayama, Kioto, Tohoku al igual que barrios y calles de la capital.
El argumento se inicia con Chiyokichi Motoura, un mendigo leproso y su hijo Hideo acogido por el policía Kenichi Miki en Kamedake. Después nos encontramos en Osaka en los años posteriores al bombardeo del 14 de marzo de 1945 y su destrucción total para llegar a Tokio, años 80, y el grupo Nouveau, vanguardia cultural en la que destacan el compositor de música concreta Eiryo Waga y el crítico Shigeo Sekigawa.
En este recorrido intervienen numerosos personajes en los que destaca el actor Kunio Miyata, las camareras y amantes de los antagonistas Emiko Miura y Reiko Narusa, la familia Tadokoro del ministro de agricultura o el inspector Yoshima.
Estructurada en 17 capítulos, cada uno con un título conciso a modo de deixis temporal o seña del contenido, el ritmo calmado "sin prisa, pero sin pausa", la precisión tanto descriptiva como léxica, el estilo basado oraciones breves y abundantes verbos, guían al lector en su tarea, sin posibilidad de perderse. Destacar su gusto pòr los detalles.
En resumen, es una novela de misterio, excelentemente escrita que mantiene el interés hasta el final . Es una lectura agradable.
Mª Cruz Fernández