viernes, 25 de diciembre de 2015

UN JARDÍN EN BRUJAS, Charles BERTIN




UN JARDÍN EN BRUJAS, Charles BERTIN

 
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El escritor belga Charles Bertin narra en primera persona sus vacaciones escolares disfrutadas  en compañía de su abuela viuda residente en Brujas en su novela Un jardín en Brujas (Editorial Errata Natural Editores, Madrid, 2015, págs. 147)  

            Esta dama enérgica, incólume al cansancio y a los prejuicios sociales, al "qué dirán" inculca en su nieto, digno heredero de su linaje, aquellos valores que considera capitales para el desarrollo de su personalidad con el fin de que construya su propia identidad, su autonomía de pensamiento.

       Así, diferentes actividades bien planificadas y férreamente ejecutadas sin lugar al desánimo se llevan a cabo: visitas culturales de Brujas, el descubrimiento del mar en Ostende, la historia familiar...

                       La estructura del libro , sin capítulos, organizada en bloques es magistral; las descripciones, majestuosas, la adjetivación, profusa y rica (tal y como recomienda A. Carpentier en su artículo "Arrugas del Adjetivo"); el léxico es rico, preciso, culto, elegante...; la sintaxis elaborada pero adaptada a una narración provista de ricos matices que le confieren plasticidad cual cuadro y lirismo como un poema.

                      De esta forma, tenemos una abuela entrañable y encantadora vista con los ojos de un niño de ocho años (momento crítico de la existencia humana en cuanto que señala el fin de la infancia, sinónimo de inocencia, y el inicio de la madurez, de la cruda realidad). Mas, el contraste se aprecia no sólo en la deixis temporal (ocho años y estío / edad adulta e invierno) sino también en la deixis espacial (Brujas/ Bruselas) que constituye una metáfora de la existencia vital de estos dos personajes: la pérdida de la inocencia del nieto y la decadencia física y mental de la abuela.

                   A pesar de estas notas amargas en el relato "autobiográfico" del autor, incluye un toque de esperanza en la imagen  de la "luz verde" y su búsqueda. Este dato evoca en el lector otras referencias literarias como las de Julio Verne o F. Scott Fitzgerald (El gran Gatsby).

                 En resumen, un relato bien escrito y mejor armado que traerá inevitablemente recuerdos en el lector y reflexionará sobre su existencia. Quizás. 



                                                               Mª Cruz Fernández

jueves, 24 de diciembre de 2015

LA NIÑA QUE SE TRAGÓ UNA NUBE TAN GRANDE COMO LA TORRE EIFFEL, Romain PUÉRTOLAS




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LA NIÑA QUE SE TRAGÓ UNA NUBE TAN GRANDE COMO LA TORRE EIFFEL,  Romain PUÉRTOLAS.

           El escritor francés Romain Puértolas relata en clave de humor una historia tan disparatada como excusa para tratar temas de diversa índole como las diferencias absolutas entre Paris y Marrackech en su novela La niña que se tragó una nube tan grande como la Torre Eiffel Editorial Grijalbo- Narrativa- Penguin Random House. Grupo Editorial SAU, Barcelona, 2015, págs. 248)  

               El autor usa la técnica del narrador-testigo (el controlador aéreo Leo) en la que nos relata la asombrosa historia de la cartera francesa Providence por salvar a su gravemente enferma hija adoptiva marroquí Zahera a pesar de los obstáculos naturales como la erupción de un volcán en Islandia.

                                            Apoyándose en una fina ironía, evidencia el desinterés de
los habitantes acomodados por la cruda realidad de los menos favorecidos. También denuncia otros prejuicios sociales mediante la aparición en el relato de personajes tales como  un pirata chino, los monjes asiáticos "las mantis tejedoras", un gurú      senegalés que come yogures del supermercado alemán Lidl...

                                         Su estructura es sencilla y las frases, cortas y simples; el léxico es claro y la adjetivación, precisa. Por ello consigue atraer a un vasto número de lectores a quienes ofrece el autor diversas y variopintas referencias, llenas de datos curiosos como las que se pueden leer en las páginas 54-55 de la citada novela.

                                               Así pues, encontramos una novela de estructura inductiva o sintetizante cuyo fin es una lección de vida bien conocida por la sabiduría popular: "la realidad varia según el crisol con el que se mira". De igual manera, es significativa la frase "¿y si hay segundas oportunidades?" puesto que es todo un compendio de las relaciones humanas, del ansia de superación frente la adversidad, actitud que diferencia al ser humano del resto de los animales pues, como dice el autor en la página 238, " los humanos soñamos".

                                                Mª Cruz Fernández 

EL DOMADOR DE LEONES, Camilla LÄCKBERG




EL DOMADOR DE LEONES,  Camilla LÄCKBERG


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           La escritora noruega Camilla Läckberg nos lleva de nuevo a los parajes de Fjällbacka, terreno
muy familiar para ella, en esta nueva entrega literaria titulada 
El domador de leones ( Editorial Maeva, Madrid, 2015, págs. 397)

         Con su habitual elenco de personajes, a saber, la escritora Erica Falck y su marido, el inspector Patrick Hedström, así como los compañeros laborales de este último: Gösta, Martin, Paula se le unen otros impuestos por la trama argumental: Laila, Victoria, Louise, Peter, Vladek, Jonas, Helga o Einar; todos ellos relacionados por razones filiales o de vecindad.

        La deixis espacial también fluctúa entre esta localidad y la populosa Gottemburgo. Mas, la deixis espacial impone la estructura del libro según la cual el pasado y el presente se alternan cohesionando el argumento narrativo en un todo coherente.

                               Nos encontramos, además, el estilo narrativo peculiar de esta autora basado en una sintaxis clara y un léxico flexible que imprimen velocidad al texto donde abunda el relato con descripciones pertinentes y breves diálogos. 

                             Por consiguiente, el resultado es una novela de intriga cautivadora, atrayente que crea desasosiego en el lector en cuanto trata someramente de la "psique" humana en sus relaciones sociales y en la carencia de ciertos afectos. El hecho de que se centre en niños (cuya evolución psicológica esboza la autora) causa desazón en el lector, aun más, cuando son emblemas de la bondad humana.

                               En resumen, leemos una obra escrita con los ingredientes característicos de la novelista noruega que atrapa la atención del lector desde el conflicto inicial hasta su resolución a la vez que reflexiona sobre ciertos aspectos psico-sociales de la humanidad.


                                                                    Mª Cruz Fernández










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