lunes, 6 de marzo de 2017

MUERTE EN LAS ISLAS, Jean-Luc BANNALEC

MUERTE EN LAS ISLAS, Jean-Luc BANNALEC


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             Jean- Luc Bannalec nos ofrece otro caso del comisario Dupin en la novela de intriga Muerte en las islas ( Editorial Grijalbo, 2014, págs, 304, Barcelona) 

              Ya en su novela anterior, a saber, El misterio de Pont- Aven , el protagonista se revela como un personaje carismático, atípico, urbanitas de nacimiento y rural en el momento actual, acérrimo enemigo de la corrupción y de la falsedad de la política, empático y humano para con el más desfavorecido; y en un ámbito más prosaico, amante del café, de la buena mesa, de los paisajes bretones y del disfrute de la vida.

               Esta novela comienza intempestivamente con el asesinato de tres personas, una de ellas de fama internacional.

         Su esclarecimiento tiene lugar en el paraje natural de las islas Las Glénan en un breve lapso de tiempo. Allí residen personajes tan diversos como el biólogo marino Lescout, la familia Nuz (origen del conflicto), submarinistas, pescadores, marineros... en definitiva, personas relacionadas con el mar.

          A nivel formal, utiliza un léxico precios donde abunda la adjetivación destacando sus descripciones plásticas y ricas en matices hasta el punto de que se genera el deseo de conocer esos parajes.

         La trama narrativa está magnificamente estructurada en tres días. Se combina la narración y la descripción con gran maestría y la tensión del relato aumenta hasta que llega al climax al final de la obra.

         En resumen, el lector indagará, conjeturará y devorará las páginas a medida que avanza la acción, hasta que , al igual que el comisario Dupin, cae en la más absoluta falta de energía al término del relato. La forma magistral y soberbia en la que está escrita la obra, al modo clásico de las novelas de intriga, contribuye a su éxito.


                                                         Mª Cruz Fernández

HARRY POTTER Y EL LEGADO MALDITO, J.K. ROWLING

HARRY POTTER Y EL LEGADO MALDITO, J.K. ROWLING


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            Harry Potter y el legado maldito (Editorial Salamandra, 2016, págs. 333, Madrid) de la autora inglesa J. K. Rowling nos relata los problemas vitales de este personaje, ahora adulto, usando un género muy del gusto anglosajón como es el género dramático.

            El lector se reencuentra con  Harry Potter quien trabaja en el Ministerio de la Magia y es padre de tres hijos; uno de los cuales, Albus Severus, será sensible al peso de la fama de su padre.

          Así, uno se entera de los malentendidos entre padre e hijo, y de su escasa comunicación; de sus problemas de adaptación en la escuela y en el trabajo; de sus prejuicios y de sus inseguridades; de las angustias paternas y de la rebeldía filial. La autora humaniza al protagonista de la saga de modo que el lector adulto puede identificar situaciones cercanas a su realidad, y el juvenil también.

            Además, nos topamos con el elenco de personajes habituales de la serie: Hermione Granger, Ron Weasly, Ginny Weasly, Draco Malfoy, Professor Dumbledore, Professor Severus Snape, Professor McGonnagal, Hagrid y los antagonistas: Lord Voldemort, los dementores, Professor Dolores Umbrique...

               Con su estilo habitual transporta al lector a diversos escenarios (ya conocidos por sus seguidores) mediante un curioso artilugio de nombre significativo: el giratiempo, por lo que la deixis temporal es diversa (presente, hace 20 años, hace cinco minutos, un año, el bebé de tres meses Harry Potter...) y también la espacial ( Howargts, Godric Valley,..) factores que llaman la atención y atraen la curiosidad del lector.

            Aunque los signos, hechos, lugares y personajes son bien conocidos por los seguidores de este y, si bien usa un género muy del gusto de la literatura británica como es el teatro, no decepciona a sus fans.

          Su estilo vivo y rápido, tal y como la acción requiere, se caracteriza por una gramática sencilla y un léxico adecuado a la obra.

            En definitiva, el ingreso de un personaje juvenil en el mundo, nada fácil, de los adultos es el leiv motif de esta obra en la que las constantes referencias a episodios de los volúmenes anteriores satisfacen a seguidores y neófitos.

                                       Mª Cruz Fernández

LA MUJER DE VERDE, Arnaldur INDRIASON

LA MUJER DE VERDE,  Arnaldur INDRIASON




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              La mujer de verde del escritor islandés Arnaldur Indriason ( Editorial RBA, 2009, Barcelona, págs. 297) comienza con el descubrimiento accidental de un cadáver durante una fiesta de cumpleaños infantil. Esta dualidad agridulce marcará la trama argumental de esta novela negra al igual que las otras historias secundarias que subyacen.

            Así, los investigadores Erlendur, quien soporta una muy difícil situación familiar, y Sigundur Oli, cuya inseguridad es notable, desentrañarán la situación vital de una mujer, Márget, maltratada por su marido Grimur y madre de tres hijos: Simon, quien sufrirá un trastorno debido a su entorno familiar, Louis, quien también tendrá secuelas, y Mikkelina, la hija minusválida por una meningitis. Ella es la mujer de verde, la que representa la fortaleza del débil, la que refiere, en su senectud,  la historia de su madre .

             Si bien los hechos se remontan a setenta años antes, el autor crea paralelismos entre los diversos personajes y sus vivencias.

             A la técnica del uso del  narrador omnisciente se le une la combinación de una narración de estilo vivo y rápido, profusa en verbos; una descripción básica y abundantes diálogos, de modo que el lector sigue el desarrollo de la acción con suma facilidad. Sin embargo, ello no evita giros argumentales que le sorprenden.

           En resumen, esta novela negra no deja indiferente al lector al tratar un tema (desgraciadamente) de actualidad: el maltrato femenino e infantil, así como  otros aspectos de interés social: familias desestructuradas, las fobias, los complejos y sus consecuencias en el tramado social


                                                   Mª Cruz Fernández