LOS JARDINES PERDIDOS, Inez CORBI

 LOS JARDINES PERDIDOS, Inez CORBI

        Los jardines perdidos (Editorial B, 2022, Barcelona, págs .400) de la escritora aleman Inez Corbi es una novela romántica que nos traslada a la costa inglesa de Cornualles del siglo XVIII de la mano de Lexi Davies , antes Emilia Andrews,  quien cambia totalmente de vida debido a una violencia de género de su exnovio Rob.

         Así, Lexi empieza a trabajar como voluntaria en los jardines Heligan (R.U.) y, en seguida, dado a cambios de fortuna, se convierte en responsable de la exposición anual de dichos jardines. Este hecho conlleva adentrarse en la vida de Henry Tremayne y sus primas huérfanas, Daramis (bocetisa excelsa) y la raquítica y cultivada Allie. 

          La narración comienza con el salvamento del naúfrago Julian Harrigon y posteriormente de su hijo Tristán, y continúa con la relación variable entre la burguesa Daramis y el guardabosques Julian (versión naif del Amante de Lady Chatterley de D. H. Lawerence)

           Estéticamente, los capítulos se distribuyen entre los actuales (siglo XXI) con el título de "Lexi" y la narración del siglo XVIII con una deixis espacial y temporal exhaustiva. Además, los conocimientos de botánica de la autora también son evidentes. También destaca el narrador omnisciente tal y como es característico en la narrativa del siglo XVIII.

       Igualmente se infieren los temas que tratan asuntos serios tales como la guerra de cesesión americana, el contrabando y sus asesinatos, la explotación infantil cruenta de los deshollinadores, horfandad y familias desfavorecidas y probreza extrema (cazadores furtivos).

        En resumen , es una novela romántica con los ingredientes característicos del género, en definitiva, una lectura agradable.

                                                                                Mª Cruz Fernández 

ENTRE LOS MUERTOS, Mikel SANTIAGO

 ENTRE LOS MUERTOS, Mikel SANTIAGO 

       Entre los muertos ( Ediciones B, 2022, Barcelona, págs. 480) del escritor portujalujo Mikel Santiago es la tercera y última entrega de la trilogía de Illumbe, si bien, como el autor dice, su lectura cronológica no es básica para la comprensión de la misma.

        Ubicada en Illumbe (nombre ficticio) en Urdaibaia (nombre real), la ertzaina (policia local vasca) Nerea Arruti y su compañero Aitor Oraizola se ven envueltos en una trama delictiva internacional: narcotráfico, extorsión, asaltos, atracos, torturas... a raíz del asesinato del forense Kerman Sangines cuyas ramificaciones incluyen casos antiguos: Eleder Solatxi, Félix Arkarazo y otros más recientes: Dani y Javi Carazo. Además, la protagonista debe enfrentarse a sus antiguos compañeros de estudio (Urreamendi) pertenecientes a las familias pudientes de la zona cuya actitud endogámica y egoista ya sufrió de adolescente la protagonista y sigue amenazando la cohesión social del pueblo.

          Así, el relato comienza con un accidente de tráfico de dos amantes clandestinos: el forense Kerman Sanginés, casado con la bicampeona de vela Patricia Galdós, amigo del comisario Íñigo Cuartango y del político local Enrique Arruabuen; y la ertzaina Nerea Arruti. A partir de este hecho, el relato adquiere ritmo, intriga; las investigaciones se entremezclan, las presiones y riesgos también, atrapando al lector en los mismos.

           Estéticamente, el relato se divide en tres partes que dirigen la lectura y el uso de la primera persona permite apreciar la evolución psicológica de la protagonista así como sus deducciones convincentes y , a veces, sorprendentes.

            En resumen, esta novela de suspense tiene los ingredientes del género y consecuentemente atrae a los afficiones de este. Otro acierto del escritor es la alusión a personajes o protagonistos de otras novelas como por ejemplo Ane Cestero en La danza de los tulipanes, una forma sutil de publicidad.

                                            Mª Cruz Fernández

EL MENTIROSO, Mikel SANTIAGO

 EL MENTIROSO, Mikel Santiago

       El mentiroso (Ediiones B, 2020, Barcelona, págs.450)  es el primer episodio de la trilogía de Illumbe del escritor portugalujo Mikel Santiago.

       Con un estilo narrativo preciso y sirviéndose de textos dialogados insertos en una narración cuidadosa acompañada de descripciones plásticas cual fotogramas, el autor vizcaíno nos relata las peripecias de Alex Garaikoa, jardinaero de profesión y proveedor de medicamentos ilegales ocasionalmente, desde su despertar en la antigua fábrica Kössler junto al cadáver del escritor y extorsionador Felix Arkarazo, su posterior amnesia, su investigación al margen de la oficial a cargo de la ertzaina (policía) Nerea Arruti y su equipo hasta la resolución sorprendente de dicho misterio.

        Escrito en primera persona, el lector acompaña al protagonista en sus reflexiones a la vez que conoce su entorno plagado de personajes cada cual más peculiar: el abuelo Jon - marino retirado, Dana - la cuidadora eslava, Erin Izarzelaia - hija burguesa del existoso arquitecto Joseba cuyo socio Carlos Perugorria es un promotor sospechoso de fraude y su hermano Roberto Perugorria fue explusado del ejército por razones mentales. A este grupo se une el finado Floren, primer socio de la constructora cuya muerte desató y desata muchos rumores en el pueblo costero de Illumbe (nombre ficticio) sito en la reserva del Urdaibai y cercano a Bermeo (localidades reales). Este triángulo masculino se encaja en el femenino formado por las inseparables amigas de infancia: Begoña - madre de Alex y muerta de cáncer, Mirari - madre de Erin y esposa de Joseba Izarzelaia, y Ane - viuda de Floren y esposa de Carlos Perugorria.

         Como se puede intuir, este enredo ( personas unidas desde la infancia) despierta el interés del lector pero sin confundirlo ni embrollarlo.

       En resumen, esta novela de ficción atrapa al lector debido a una trama argumental sólida apoyada en rescursos propios del género: intriga, tensión, dispersión, despite, climax. Y la escritura sencilla y a la vez eleborada que emplea el autor dota  de amenidad y vivacidad a su relato.

                                                            M ª Cruz Fernández