miércoles, 17 de diciembre de 2014

ME LLAMO LUMIKKI.ROJO COMO LA SANGRE, Salla SIMUKKA

ME LLAMO LUMIKKI. ROJO COMO LA SANGRE, Salla SIMUKKA


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              La autora finlandesa Salla Simukka nos presenta en su novela (la primera de una trilogía) Me llamo Lumikki. Rojo como la sangre (Editorial Bridge, 2014, p.310) una trama de intriga protagonizada por una adolescente, Lumikki, de la cual sabemos que ha sufrido acoso escolar y una relación familiar difícil imperada por el silencio.

                Como ella misma se define, es una superviviente que no puede evitar implicarse en las consecuencias nefastas que resultan de las acciones inconscientes de unos compañeros caprichosos y consentidos de su instituto: Elisa, Tuukka y Kasper.

Este argumento le sirve a la escritora Simukka para tratar temas de hondo calado social y, desgraciadamente, actuales tales como la corrupción policial, el blanqueo de dinero, la prevaricación, la prostitución "de lujo" o la drogadicción, incluso en jóvenes púberes. Consecuentemente, aunque sea una novela negra social, su finalidad es doble: entretener al lector y hacerle reflexionar sobre estas lacras sociales y en la medida de lo posible alterar la realidad (función apelativa del lenguaje)

                                  La deixis temporal y espacial son actuales y la novelista las conoce muy bien: Tampere y la estación invernal. Con descripciones magistrales consigue que el lector visualice e incluso sienta el gélido frío invernal, el dolor al respirar ese aire frío en las constantes huidas de la protagonista, el hielo clavándose en la mejillas de Lumikki o el cansancio físico de la sesión de gimnasia. El frío, una constante en la narración, impregna todo: paisaje, relaciones sociales, sentimientos... La atmósfera creada no deja indiferente al lector, el cual solamente percibe un poco de calor con el color rosa que impera en la vida de Elisa: una adolescente que se resiste a adentrarse en el azaroso mundo de los adultos, un alma tierna en medio de un ambiente hostil. Pero, hasta este concepto es adulterado en la fiesta de Oso Polar y su temática de cuentos infantiles. Sin embargo, la plasticidad de la obra es soberbia ya que consigue que se sobrepase la limitación del papel y se adentre en el elemento visual de su imaginación.

                          Escrita en tercera persona, el narrador omnisciente introduce fragmentos de diálogo para dinamizar la lectura de esta narración que a buen seguro cautivará al lector.

                                               Mª Cruz Fernández

lunes, 8 de diciembre de 2014

LA DAMA QUE SE TRANSFORMÓ EN UN ZORRO, David GARNETT

LA DAMA QUE SE TRANSFORMÓ EN UN ZORRO,  David GARNETT


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    El escritor británico David Garnett formó parte del grupo Bloomsbury , al que también perteneció Virginia Woolf, y que supuso una reacción contra las convenciones sociales-artísticas-literarias de la época victoriana (inicio del siglo XX hasta la Segunda Guerra Mundial) del  momento.

     Su obra La dama que se transformó en un zorro (Editorial Periférica, 2014,p.124) ofrece una disertación sobre la fidelidad conyugal más allá de las apariencias, ideas, sociedad e, incluso, natura.

  La deixis espacial y temporal es muy propia de la época y la condición social del autor, ya que universalmente es conocida, como tradición británica, la campiña inglesa y la actividad de la caza del zorro. Así, en Oxfordshire donde el terrateniente Rylands tiene su casa se inicia la narración con los dos protagonista de la misma: Lord Tebrick y su esposa Silvia, joven dulce educada por su tío párroco al estilo de las escuelas para señoritas. Hasta aquí el encuadre es el típico de una novela costumbrista, pero lo realmente interesante de esta novela comienza con la transformación instantánea de la señora Tebrick en zorro y la evolución psicológica de los personajes a medida que se desarrolla la acción. El análisis de la mutabilidad de la vida y de sentimientos como el dolor, la fidelidad, el amor, la lealtad, los celos y la muerte son otros aspectos tratados por Garnett en su obra mediante la técnica del narrador en "off", en tercera persona, que los explica al lector para hacerlos comprensibles.

                        También ayuda a este propósito el uso de un léxico correcto, que ameniza la lectura, con tintes de humor, unas veces y, otras, rayando el género del absurdo. La adjetivación precisa y el empleo concreto de los verbos plasman las reacciones del protagonista masculino de forma tan visual que parece que estuviésemos presentes. Al igual, las descripciones son magistrales (sobre todo las de la pobre señora Tebrick  convertida en raposa), son pragmáticas, rápidas pero eficientes, como pinceladas de un cuadro impresionista.

                      El ritmo de la narración se desarrolla coherente y paulatinamente con saltos en el tiempo para evitar una extensión infructuosa o la dispersión del lector. En las producciones cinematográficas actuales podemos observar la misma técnica.

                    Para finalizar añadiré que las historias de transformaciones han convivido con la Humanidad en cuanto que estos relatos fantásticos apoyaban la realidad circundante, aportaban el contrapunto que evidenciaba aún más la razón y la lógica frente a la imaginación y lo irreal; dos aspectos que se complementan y conforman un todo de la naturaleza humana y su actitud ante la vida.  Así, al final del libro, John Bournside, a modo de epílogo y emulando la tendencia literaria de Esopo, D. Juan Manuel o Samaniego, explica y aclara al lector el quid de esta obra: un punto de vista sumamente atractivo y clarificador.

                                      Mª Cruz Fernández





domingo, 7 de diciembre de 2014

LO QUE ESCONDEN LAS NUBES OSCURAS, Anne HOLT

LO QUE ESCONDEN LAS NUBES OSCURAS,  Anne HOLT

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           La escritora noruega de novela negra Anne Holt vuelve a capturar la atención del lector en su obra Lo que esconden las nubes oscuras ( Editorial Rocabolsillo, 201, p.318). Con un argumento sobrecogedor, denuncia el maltrato infantil (en este caso con un resultado fatal y final impactante) y la actitud social ante este gravísimo hecho.

             Un niño de ocho años, Sander Mohr, diagnosticado de TDHA, muere a consecuencia de un "accidente" doméstico. Asimismo, Anne Holt, por medio de uno de sus personajes conocidos: la psicóloga Ingvar Johanne casada con el policía Ingar Stubo, indaga en la cada vez más inquietante tendencia de diagnosticar desórdenes psíquicos (y su consecuente medicación) en niños que no se ajustan al bien estructurado y organizado mundo de los adultos, es decir, al estándar de "niño" que los adultos preconizan.

                         En la trama policial Ingvar tendrá como contrapunto al policía novel  Henrick Holme (quien también se vio rodeado de todos esos diagnósticos en su infancia) y del amigo-adulto de Sander, Joachim, al cual podemos definir sucintamente como "niño-grande".

                             Como es habitual en la escritora noruega, la deixis espacial se centra en la ciudad de Oslo e incluso aporta datos tan precisos como la calle Glad y sus alrededores. Sin embargo, la deixis temporal viene marcada por un acto cruento que conmocionó a la sociedad noruega: la masacre de la isla Utoya.

                          Narrada en tercera persona, el lenguaje directo y sus descripciones breves, pero precisas, imprimen un ritmo trepidante a la acción. De igual modo, la alternancia de diálogo y narración contribuye a este mismo propósito.

                             Los personajes, algunos conocidos por los seguidores de esta escritora, están esbozados tanto física como psicológicamente de manera tan eficaz que evitan la dispersión del lector.

                           Eso sí, este libro supone un "adiós" definitivo al personaje de la doctora psicóloga Joanne Ingvar cuyo fallecimiento a los 43 años en acto de servicio y embarazada de su tercer hijo aturden aún más al lector. La lectura rápida gracias a su estilo y léxico condicionan el climax y posterior zenit de la obra.

                                              Mª Cruz Fernández