VAGALUME, Julio LLAMAZARES
Tras su muerte, se encuentran obras magnificas e inéditas de Manolo Castro que su ex-discípulo, el ahora también escritor César, debe examinar. Después de su lectura, descubre que su mentor es un desconocido con una vida pública, otra privada y otra secreta.
Usando un estilo claro y sencillo, elaborado y cuidado, sumamente fácil de leer y atractivo, el autor nos introduce en los géneros literarios (novelas, minirelatos, ensayos, teatro...) y en escritores preeminentes de la literatura universal: Camus, Hesse, Yerby, Steinbeck, Sagan, Maugham, T.S. Eliot... Valiéndose de un punto de vista existencialista e intimista, narrado en primera persona, nos introduce en la fustración de la vida de un escritor concluyendo con un toque de esperanza porque la vida está formada por constrastes, por antítesis: luces/sombras, público/privado, Manolo/César (doble narrador) o doble tipografía. Este relato está completado por la perspectiva de aquellos cercanos al finado como su esposa Elvira, sus hijas María y Sara, su ex-compañero Carrracedo o su amigo, el pintor Santamaría. Todos ellos conforman un cuadro, un caledoscipio de la vida de una persona plasmada en una narración perfectamente estructurada en capítulos de títulos revelarores ("la confesión", "Sara", Elvira"...) y una estructura circular (el primer y el útimo capítulo se titulan "la despedida")
En resumen, el escritor Julio Llamazares define la vida con simbolismo, sin pesimismo, resaltando la luz en las sombras, en la oscuridad las luciérnagas/ vagalumes que sobreviven transmitiendo una luz efímera, pero claridad, al fin, en una oscuridad deprimente; toda una reivindacación al oficio de escritor que nos traen esa luz.
Mª Cruz Fernández