LA BRUJA, Camilla LÄCKBERG
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La novela de suspense La Bruja (Ediciones Maeva, 2018, Barcelona págs. 680) presenta la estructura usual de las obras de esta escritora sueca: Camilla Läckberg.
Así, hallamos tres tramas diferenciadas: la primera sita en Suecia en el siglo XVII ( Bohuslän,1671) en pleno auge de la Inquisición, la segunda en el siglo XX en una región bien conocida por la autora ( Fjällbacka, Uddevalla) y la tercera treinta ños más tarde, que confluyen en el desenlace de la trama conformando un todo clarificador en la creencia de que el pasado influye decisivamente en el presente tal y como se justifica en las últimas páginas de la obra.
El elenco de personajes se clasifica en unos fijos: la escritora Erika y su hermana Anna, su esposo e inspector de policia Henrik, el jefe del mismo Mellberg, sus compañeros Martin, Gösta, Paula y sus familiares Rita, Kristina... y los presentes en esta narración: Stella, Linnea, Helen, Marie, James, Samm, Jessie, Nils, Karim, Adnan...
La organización de la obra también es la habitual en las obras de esta escritora: título en negrita sobre cada una de las historias narradas para una nítida ubicación tiempo-espacio y capítulos que estructuran el conjunto de las mismas.
Además, su estilo se manifiesta en la abundancia de verbos que alientan la narración y alterna con descripciones cautivadoras.
Sin embargo, los temas tratados difieren con obras anteriores y denuncian la xenofobia y la vergonzosa actitud europea para con los inmigrantes ( en este casos sirios) si bien la autora intenta ofrecer un mensaje de esperanza; las apariencias y el ostracismo social de los homosexuales; la incomprensión y laxitud en las relaciones paterno-filiales; las familias desestructuradas; los chantajes sexuales a mujeres en el mundo del celuloide ( caso Weinstein); el acoso físico y virtual entre adolescente; la soledad de los ancianos en los países desarrollados; el ab(uso) de las armas en ambientes domésticos y crítica histórica a los crímenes cometidos por la Inquisición en esa oscura época contra unas mujeres sabias y nobles cuyo único delito fue ayudar al prójimo y, así, despertar su envidia, codicia y mezquindad.
En resumen, una gran diversidad de críticas bien entretejidas en la trama argumentativa crea inevitablemente una opinión en el lector el cual difícilmente se mantendrá impasible.
M Cruz Fernández