miércoles, 6 de mayo de 2015

INFIERNO, Dan Brown

INFIERNO, Dan Brown

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         El escritor italo-renacentista Dante y su obra La Divina Comedia sirven de base al escritor norteamericano Dan Brown para la trama argumental de su novela Infierno (Editorial Planeta, 2013, págis. 633)

        Con un léxico adecuado y estructuras sintácticas asequibles, esta novela pseudo-religiosa tiene como protagonista a Robert Langdom, profesor de Harvard, experto en simbología y erudito de la obra de Dante así como del arte e historia de ese periodo. Sus vastos conocimientos serán de inestimable ayuda en un azaroso periplo cuyo objetivo es la supervivencia de la raza humana.

         Así, el paralelismo con la obra de Dante es notable: Virgilio guía a Dante  del mismo modo que Langdon conduce al lector en su salvación espiritual o física cual catársis griega, pero con un final abierto para que el lector saque sus propias conclusiones sobre una amplia variedad de temas.

                         Además, la alternancia de personas léxicas facilita la ubicación del lector en la trama. El protagonista se expresa en primera persona (evidentemente es él quien nos relata sus trepidantes acciones y nos instruye con sus profusas referencias religiosas- culturales) y la tercera persona del narrador omnisciente engloba a los demás personajes cuyos sentimientos e intenciones más intimas son reveladas.

                     Técnicamente, se apoya en una tipología textual diversa: la narración unida a exhaustivas descripciones y salpicada de breves diálogos, todo ello aderezado con un léxico claro y un estilo vivaz, dinámico cuyo resultado conquista al lector, por muy variado que éste sea, debido a sus elementos divulgativos y variedad de temas.

               Si esto lo envolvemos en una deixis temporal simple pero significativa: Florencia, Venecia, Estambul...tenemos un producto apto para una gran variedad de lectores.

                                       Mª Cruz Fernández