martes, 29 de julio de 2014

DOBLE SILENCIO, Mari JUNGSTEDT

DOBLE SILENCIO, Mari JUNGSTEDT

crédito de imagen
                        En esta nueva novela negra Doble Silencio (Editorial Maeva, 2014) la escritora sueca Mari Jungstedt atrapa al lector tanto con su relato como con la organización del mismo emulando un desarrollo cinematográfico compuesto por múltiples y variadas escenas breves (a lo sumo, de dos o tres páginas cada una) las cuales presentan a los personajes del relato. Asimismo, sirve para rendir homenaje al célebre director de cine y compatriota Ingmar Bergman.

                     La deixis espacial ya es familiar a los seguidores de esta autora: la isla de Färo, Visby, la península de Gotland y la bella Estocolmo. Lo mismo sucede con el comisario Knutas, emblemático protagonista de las novelas de Jungstedt, quien se enfrenta a conflictos doblemente: profesionalmente junto a su compañera Karim y personalmente junto a su mujer. Sin embargo, no es el único personaje con esa dicotomía, el periodista Johan (otro habitual ) también  la padece, así como, su presencia en la obra.

                                              La amenidad de la novela se apoya en la arriba mencionada estructura , en un léxico claro y en una organización gramatical sencilla.

                                                     Aunque se puede vislumbrar la resolución del conflicto desde bien pronto, el relato subyuga gracias a una narración rápida, vivaz, que alterna pasajes narrativos con diálogos; a un léxico ajustado a la personalidad de los personajes y a pinceladas someras de los otros;  a la omniscencia de los pensamientos y sentimientos de los protagonistas. Además, las magistrales descripciones de situaciones y hechos veraces (hasta tal punto que la autora cree necesario la inclusión de una advertencia al respecto) son otros elementos con los que teje la trama dirigiendo al lector cual Teseo con el hilo de Ariadna por laberínticos caminos cuyo final, si bien previsible como en el mito, no es menos impactante.

                                                  En definitiva, el resultado es una novela de suspense de un ritmo trepidante.


                                              Mª Cruz Fernández