LA GENTE FELIZ LEE Y TOMA CAFÉ, Agnes MARTIN-LUGAND.
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La novela La gente feliz lee y toma café (Alfaguara, 2014, páginas 189) de la escritora francesa Agnes Martín-Lugand presenta una narración intimista escrita en primera persona sobre un tema atemporal como es la superviviencia del ser humano, en este caso, entroncado con el ancestral mito del ave Fénix y su resurgir de las cenizas.
Como se dice en el mundo del espectáculo y la farándula "el show" debe continuar (The show must go on) No en vano una de las primeras lecciones que aprendemos en nuestra tierna infancia es la de levantarnos cada vez que nos caemos. Y esto precisamente es lo que tiene que interiorizar Diane, una mujer francesa de clase acomodada sin mayores preocupaciones que ella y su situación vital; quien debe afrontar la vida después de la muerte de su marido Colin y su hija de seis años Clara.
En esta épica misión (más cuando a su ignorancia sobre cómo superar este duro golpe se aúna su apatía) contará con la ayuda inestimable de su amigo Félix, epítome del hedonismo y la lealtad para con sus amigos.
Llama la atención la deixis espacial diametralmente opuesta: de la cosmopolita, bulliciosa y populosa París traslada al lector a un pueblo tranquilo, modesto, silencioso y gélido ( más cuando la acción transcurre en el crudo invierno de las fechas navideñas) de Irlanda. La ciudad frente al pueblo; la luz frente a la oscuridad; el asfalto frente el mar y la playa; el café frente el té; el vino tinto y la cerveza negra...
También la población es diferente: el refinado pero malhumorado parisino y los irlandeses "jugadores de rugby comedores de ovejas" (p.26) De hecho, la hostilidad inicial hacia su vecino se transforma en una catártica empatía, clave para superar su difícil trance y asimilar esa lección de la vida.
Al igual que vemos en algunos movimientos literarios, el clima y el paisaje son reflejos del estado emocional de los personajes y su descripción psicológica
encuadra a los mismos en la acción.
Además, no puede faltar el triángulo amoroso - Diane/Edward/Megan- que será el climax de la novela y posterior catarsis de Diane. Así, la estructura de la obra emula a cualquiera de las tragedias griegas en la que la catarsis era un fin en sí misma.
Asimismo, la lengua clara, el léxico intenso y preciso plasman nitidamente el dolor y posterior evolución psíquica de la protagonista quien, al final de la obra, hace bueno el "slogan" la gente feliz lee y toma café.
Mª Cruz Fernández