LA CHICA DEL TREN, Paula HAWKINS
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La novela de intriga La chica del tren ( Editorial Planeta, pp. 493, Barcelona, 2015) de la escritora anglosajona Paula Hawkins está ambientada en un barrio residencial de Londres (Inglaterra) donde sus habitantes conducen vidas tranquilas en la superficie pero turbulentas en profundidad. El lector pronto encuentra analogías con su propio entorno.
Así, cual hilo de madeja, la situación vital de diversas personas, a saber, Tom, Anna, Megan, Scott, Amid se entretejen unidos por el hilo maestro de la protagonista Rachel quien, primero de forma confusa y después más clara a medida que avanza el relato, nos introduce en sus vidas azarosas y en sus peligrosas patologías. En ese instante el lector se topa con un hombre tóxico, Tom, un hombre mentiroso, incapaz de asumir la responsabilidad de sus actos; quien muestra un menosprecio total por las mujeres (sexo débil) y la protagonista, Rachel, alcohólica como vía de escape a esta dura realidad.
Resumiendo el argumento, Tom mata a Megan (por su futura paternidad) e intenta lo mismo con Rachel ( su ex-esposa) por descubrirlo y amenazar con revelarlo. Al final, esta y su esposa actual, Anna, lo matan para asegurar su supervivencia, ofreciendo un caso más del poder de los oprimidos y su rebeliones tal y como nos enseña la Historia (por ejemplo, la Revolución Francesa).
Por tanto, la escritora nos ofrece lo peor de la psique humana: la mendacidad, las falsas ilusiones, la prepotencia, las adiciones, el autoengaño... La ironía se aprecia en el instrumento letal: un sacacorchos; la ex-alcohólica saca lo tóxico de su vida y ahora sí puede disfrutar del dulce caldo de la vida.
Formalmente, se destaca un estilo rápido, trepidante que incita al lector a correr en la lectura de una concatenación de veloces acontecimientos que se detienen abruptamente en el desenlace de la trama argumental logrando así la catarsis del lector.
También combina con gran maestría las pausas, las reflexiones de Rachel relatadas en primera persona: narrador protagonista con lo cual el lector se vincula emocionalmente a la protagonista deseando, a veces, avisarle de los acontecimientos que ella desconoce pero que se le ha suministrado al lector.
En resumen, una novela bien estructurada y escrita en cuanto a forma y en cuanto al contenido seduce al lector a la vez que reflexiona sobre temas de importante calado social.
Mª Cruz Fernández