LA ISLA DE LAS MARIPOSAS, Corina BOMANN.
Esta autora, cuyo personaje femenino protagoniza la novela con tintes históricos, nos ofrece una somera explicación del proceso del té: plantación, recogida, cosechas... y también alude a las luchas étnicas entre tamiles y singaleses y a la antiquísima cultura-religión-creencias tamiles, contextualizando al lector en la obra.
Escrito en primera persona, atrae su atención con la premisa de la revelación de un secreto familiar, a la postre cruento, que debe descubrir la última descendiente de la saga Tremayne cuya vida en el siglo XXI nos resulta cercana. Su trabajo de investigación, cual Sherlock Holmes femenino, estará jalonado de pistas que la transportarán al siglo XIX mediante el género epistolar de diversos estilos: cartas, notas, diarios, hojas de palma... Las voces del pasado que tienen eco en el presente.
La estructura cerrada de la obra y el paralelismo de sus dos personajes femeninos: Grace Tremayne y Diana Wgenbach aportan la sensación de dar por concluido ese tomo de la enciclopedia familiar. Evocan en el lector el fin de una etapa vital y el inicio de otra.
Las descripciones de Bomann son plásticas y visuales gracias a su prosa sencilla y precisa; casi podemos ver por el catalejo el Pico de Adán y oler las flores de franchipán. Así, el lector se sumerge en la dicotomía entre la sensualidad de Oriente y el pragmatismo de Occidente; entre el sofocante calor y la pertinaz lluvia; entre la calidez humana y la frialdad de las normas sociales.
María Cruz Fernández